Servel y UC presentaron estudio sobre la participación electoral entre 2012 y 2017

07
Dic 2018

A partir de datos individuales de los votantes, provistos por el Servicio, los investigadores de la Universidad Católica identificaron patrones de los electores, en variables como edad, sexo, educación, ingresos y otras, que permiten conocer de mejor manera la participación electoral en el país y orientar los esfuerzos sobre la materia.

La mañana de este viernes 7 de diciembre, el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales presentó un análisis a partir de datos individuales de votantes que participaron en los procesos electorales realizados entre 2012 y 2017, utilizando información que liberó el Servicio Electoral (Servel) para este propósito. Si bien la investigación se concentró en dicho periodo, incluyó datos anteriores, para establecer una clara tendencia hacia la baja en la participación, cuyos mínimos se registraron en las elecciones municipales de 2012, con un 43,2%, y en 2016, con un 34,9%.

Estos nuevos datos se conocieron en el marco del segundo conversatorio del ciclo: “Quiénes votan en Chile”, que desde octubre pasado el Servicio viene desarrollando junto a distintas instituciones académicas. En este contexto, el presidente del Consejo Directivo del Servel, Patricio Santamaría, destacó el espíritu cívico de los chilenos, y el trabajo que proyecta la Institución en educación cívica: “Debemos combatir la falta de participación. Hay niños y niñas que están creciendo en entornos donde nadie ha votado”. Para la autoridad, votar es una forma de integrarse, pero también dijo que integrar es un incentivo para que los ciudadanos voten. En este sentido, valoró el trabajo que está desarrollando la Institución al liberar datos que permiten a la academia realizar investigación sobre la participación y orientar los esfuerzos para atenuar la abstención.

Cabe señalar que, desde las elecciones municipales de 2012, el Servel recoge información sobre participación a nivel individual en los procesos electorales, a partir de la lectura de los códigos de barra de los padrones de mesa. Dicha información es vital para realizar análisis acerca del comportamiento de los electores y definir el llamado “perfil del votante”, a fin de distinguir distintos tipos o patrones, y monitorear la participación electoral para guiar las políticas públicas.

 

HALLAZGOS

El estudio, que estuvo a cargo de director del Centro UC, David Bravo; y de la licenciada en Ciencia Política UC, Catalina Bravo; mostró interesantes hallazgos, como que en las Elecciones de 2017 se produjo la participación más alta de jóvenes desde 2012, o que, si bien en las últimas elecciones, en la segunda votación presidencial hubo un incremento de 2,4 puntos porcentuales respecto de la primera; en 2013 la tasa de participación electoral cayó en segunda vuelta 7,4 puntos porcentuales respecto de la primera.

Por otra parte, en la primera votación presidencial de 2017 las mujeres registraron una tasa de participación de 51,5%, mientras que los hombres de 46,3%. Todas las elecciones desde 2012 tienen una brecha de mayor participación electoral de las mujeres, que va entre los 5 puntos porcentuales (Municipal de 2016) y los 7 puntos porcentuales (Presidenciales de 2013), así como un patrón que revierte la brecha en favor de los hombres, para los mayores de 70 años.

Del total de 14,3 millones de personas que integraban el Padrón Electoral de 2017, se tiene que un 35,9% se inscribió en los registros electorales en 1987 o 1988. Luego, en el marco de la inscripción voluntaria y voto obligatorio, el flujo de inscripciones fue lento. En total, si se considera a los inscritos entre 1999 y 2011 representan solo el 18% del Padrón de 2017. Mientras que el grupo que se incorpora de manera automática al Padrón a partir de 2012 llega al 46% de las personas con derecho a voto en la última elección. En este marco, el estudio señala que la cohorte que se inscribió en 1987 y 1988 en los registros electorales tiene una tasa de participación electoral superior entre 5 y 7 puntos porcentuales. En conclusión, el haberse inscrito para el Plebiscito de 1988 está asociado a una mayor participación electoral en relación con los añadidos automáticamente en 2012.

El análisis de los datos arroja que un 29% de quienes estaban en el Padrón 2017 y tienen 23 años y más, no han participado en ninguna las seis elecciones en que les correspondía haber votado, alcanzando casi 40% si se suman los que votaron sola una vez en el periodo. En contraste, solo un 17% ha participado en las seis últimas elecciones, y un 30% en cinco o seis elecciones. Por lo que el estudio concluye que a mayor participación en elecciones anteriores aumenta la probabilidad de participar en una elección futura. De modo que la tasa de participación de quienes votaron en las cuatro elecciones anteriores a la primera votación de la elección presidencial de 2017 fue de 87%.

Al realizar cruces con otras variables, como años de educación, ingresos, condiciones de salud y nacionalidad, se observa que éstas influyen en la participación. Así, se incrementa 1,5 puntos porcentuales la probabilidad de votar por cada año de educación del elector; no así en el caso de los ingresos, donde no se aprecia un efecto importante. En tanto, las dificultades de salud si tienen un impacto, disminuyendo la participación en aproximadamente 3 puntos porcentuales. Adicionalmente, se advirtió que las personas de nacionalidad extranjera tienen 3 puntos porcentuales menos de probabilidad de participar que los chilenos.

Los datos de este estudio fueron comentados por la representante residente adjunta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Marcela Ríos; y por destacados académicos como Carmen Le Foulon, del Instituto de Ciencia Política UC; Claudia Heiss, del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile; y Patricio Zapata, de la Facultad de Derecho UC.

El cierre estuvo a cargo del consejero Andrés Tagle, quien agradeció la contribución que, mediante este análisis, realizan los investigadores de la Universidad Católica al conocimiento de la participación electoral en el país. Al tiempo que valoró el esfuerzo del Servicio para liberar estos datos: “Nos hemos preocupado de que en ningún caso se pueda identificar al elector. Hemos sido muy cuidadosos en la protección de los datos personales”. Asimismo, dijo que con ello se busca estimular las “ganas de votar”, y derrotar las barreras al momento de votar, como es la actualización del domicilio electoral, entre otras.

 

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